sus labios sangran a sus propios dientes
y qué belleza de cuello torturan sus clientes.
Recordará ella la limpieza?
La sincera mano y la simpleza
del amor jovial que le llevó la virginidad
lejos, tan lejos que ni nombre lleva el lugar.
No vale la pena, no la vale en verdad
desatar tan lindos recuerdos, que te dan ganas de llorar.
Mejor que siga ella creyendose femme fatale,
que así le llega el dinero que su comida ha de pagar.
La comida más cara de cualquier local,
eso le valia a ella la vida bulgar.
Qué vida y qué gozar llevaba esa mujer sin igual.
Lastima mi buen amigo, que no tenia el dineral
que una noche con ella me habría de costar.
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